La salud de Walter es la felicidad de Valeria
“Mis hijos son mi vida”

Cuando Walter hizo sus primeras respiraciones, Valeria se derrumbó en sollozos intensos y entrecortados.
Él teníafisura labio palatina. No había aparecido en las ecografías. Ella se sintió totalmente desprevenida. Cuando los médicos intentaron consolarla, se volteó y respondió que sus lágrimas eran de alegría.
“En mi familia, todos queríamos un niño.”
Los primeros días de Walter en casa fueron extremadamente difíciles. La fisura labio palatina le impedía tragar la leche, lo que obligó a Valeria a cuidarlo las 24 horas del día, mientras su esposo, sus hijas y su hijo mayor ayudaban en las tareas del hogar. “Lo único en lo que pensaba era que él necesitaba una cirugíade fisura labio palatina”, contó ella.
Por fortuna, pronto pusieron en contacto a la familia con el Centro Integral de Salud Banda, el socio de Smile Train más cercano. El día de la cita, Valeria se apresuró a emprender el largo viaje. Ella y su esposo se despertaron a las 4:00 a.m. y partieron con Walter, que estaba bien abrigado para protegerse del frío invernal. Caminaron 40 minutos hasta la carretera, donde tomaron un autobús hacia el pueblo de Loreto. Allí hicieron trasbordo a otro autobús con destino a Santiago, y finalmente abordaron un tercer autobús hasta el hospital. Cuando llegaron, eran las 8:30 a.m.
Aquel fue el primero de muchos viajes al Hospital Banda,que cambiarían la vida de Valeria y de Walter. El personal elaboró un plan de atención integral para él: comenzó con la cirugía de labiofisurado , que recibió a los cinco meses de edad. Después de la intervención, Valeria apenas podía contener la emoción mientras tomaba fotos de su bebé para compartirlas con sus otros hijos en casa.
Walter regresó seis meses más tarde para su cirugía de paladarfisurado. Gracias a los donantes de Smile Train, todo el tratamiento de Walter —no solo las cirugías— fue completamente gratuito para la familia.
“No tengo más que palabras de agradecimiento para los especialistas en fisura labio palatina y los donantes que ayudaron a mi hijo”, compartió Valeria. “Hemos recibido apoyo para las cirugías, la atención odontológica, la terapia del lenguaje y la atención psicológica. La psicóloga también me ayudó muchísimo cuando Walter recibió su primera cirugía, porque yo tenía mucho miedo de que entrara al quirófano.”
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Walter, ahora de cuatro años, sigue siendo el hermanito amado de la familia. Continúa recibiendo terapia del habla especializada y atención dental. Valeria espera que estudie mucho y que algún día tenga una buena carrera.
“Mis hijos son mi vida. Lo que me hace feliz es que estén sanos y felices ellos mismos”, dijo Valeria.

“A los padres que tienen un hijo con fisura labio palatina, sean fuertes, estén presentes y tengan paciencia. La paciencia fue lo que más me ayudó.”
Sé la diferencia para un niño que necesitatratamiento para la fisura labio palatina.