Adahara sabía que tenía suerte de recibir todo el tratamiento para la hendidura que necesitaba desde una edad temprana. Se está preparando para convertirse en embajadora y médica de Smile Train porque sabe que no todos los niños con hendiduras tienen tanta suerte.
La enfermera Celeste solía sentirse tan incapaz de ayudar a los bebés con fisuras que nacían en su sala que los evitaba. Entonces ella tuvo un hijo con una hendidura.