Después del parto de Pamela, las enfermeras le dijeron que a su hijo Sebastián solo le quedaban nueve días de vida. Estaba devastada. Se no sabía a dónde acudir. Luego fue referida al socio local de Smile Train, Fundación Niños que Rien.
Adahara sabía que tenía suerte de recibir todo el tratamiento para la hendidura que necesitaba desde una edad temprana. Se está preparando para convertirse en embajadora y médica de Smile Train porque sabe que no todos los niños con hendiduras tienen tanta suerte.