Auner tuvo la suerte de sobrevivir suficiente tiempo para poder recibir la atención que necesitaba en nuestro centro asociado. Ahora, vive pleno y sonriente.
Camila, de Santiago (Chile), es una niña de nueve años con una sonrisa preciosa que ilumina la habitación. Aunque su sonrisa es solo suya, también es el fruto del inmenso amor y esfuerzo de las personas que la rodean.